Clausen agregó que su decisión es irrevisable y no dará marcha atrás, como lo hizo luego de alejarse del cargo después del empate 2-2 con Blooming el sábado 11 de abril.
“No tengo ganas de seguir, porque no se puede dar tantas ventajas de perder tantos puntos de local, me da vergüenza, porque parecería que cuando uno no logra resultados parecería que le estaría robando la plata y yo no soy un ladrón, prefiero dar un paso costado y no esperar que pasen los días y cobrar un sueldo que no lo estoy mereciendo porque los resultados no le están saliendo a San José”, dijo.
El estratega prefirió no buscar responsables por el fracaso en su paso por San José y se abstuvo de realizar comentario alguno sobre el trabajo de los jugadores. “A mí no me gusta poner excusas y asumo la responsabilidad”, destacó.
Junto a Clausen también se fueron su ayudante Miguel Ábrigo y el preparador físico Alejandro Nordio, quienes se marcharon del estadio Jesús Bermúdez sin que ningún dirigente de San José se apersone a conversar.
La salida de Clausen recrudece más la crisis en San José, cuyo directorio no convocó a la reunión de socios para fijar la fecha de las elecciones que son demandadas por el aficionado orureño.
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