El Deber
Marcos Ferrufino, técnico de San José, hasta aquí marca un hito en la historia de los entrenadores de fútbol en Bolivia. Es el único que permanece en el cargo desde hace cinco torneos (2011), mientras algunos que iniciaron el certamen en curso tomaron sus valijas y regresaron a casa.
Reservado y pausado, cuidadoso y receloso, pero con una historia que contar recordó varios capítulos de su vida.
¿A qué se debe su prolongada permanencia en el cargo?
A los resultados y al trabajo. En todo este tiempo hemos realizado un buen trabajo y nos han acompañado los buenos resultados. Son siete años que formo parte de San José, el 2006 llegué como ayudante de campo, luego me quedé a dirigir en plantel.
¿Cuáles son sus logros deportivos como DT de San José?
El primer año (2007) logramos el título de campeón nacional, luego clasificamos a otra Copa Libertadores, disputamos una prelibertadores y jugamos cuatro veces la Copa Sudamericana.
¿En qué radica ese éxito?
A mí me gusta actualizarme permanentemente, pienso que ahí radica la base de cualquier éxito que uno pretende en la vida. Una vez por año voy a Argentina, tengo muchos amigos allá, este año fui a Chile. Hace poco el técnico del Corinthians (Tité) me invitó a hacer un seguimiento a su equipo, lo haré a fin de año.
¿Qué pretende?
Dentro de la metodología de trabajo, a mí me gusta armar equipos ofensivos. Siempre pido a los jugadores que vayan al frente, porque el fútbol moderno está en base al ataque, la gente quiere ver goles. Para eso es necesario armarse bien en defensa y tener un medio campo flexible, eficiente para la marca y en la creación. Son los conceptos del fútbol actual, nada es un invento.
¿Cómo llegan los resultados?
Con el tiempo, no se dan de la noche a la mañana, aunque hay algunas excepciones. Aquí tiene mucho que ver la disciplina táctica, el que un jugador sea aplicado en los conceptos y en la función que le toca desempeñar dentro del campo de juego.
¿Por qué el técnico boliviano no es exitoso?
Por muchas razones, pero sobre todo por la falta de confianza que los dirigentes deben depositar en él. Casi todos los dirigentes quieren un equipo puntero, eso está bien, pero la punta no es para todos. A la larga repercute no tener un buen plantel de jugadores, sobre todo en los tramos finales de un campeonato. Algunos dirigentes piensan que un club puede ganar con el nombre y muchos no invierten en la contratación de buenos jugadores.
¿Se trata mal al DT nacional?
Pienso que sí y eso duele. Duele porque no se le dan las mismas condiciones de trabajo que a otros, no se lo espera como a otros. En algunos casos, al tercer o cuarto partido un técnico boliviano tiene que estar recogiendo sus maletas, porque sabe que en cualquier momento se irá.
¿Cómo pueden hacerse respetar los entrenadores?
Pienso que estableciendo políticas claras con la Liga. En toda actividad de la vida se deben cumplir procesos, el fútbol boliviano es muy propenso a adelantarlos o a acortarlos antes de tiempo. Es necesario establecer algún tipo de norma que pueda controlar la contratación y el desempeño de los técnicos en Bolivia.
¿Qué opina de los técnicos extranjeros que vienen al país?
Yo pienso que en su mayoría vienen a quitar el espacio que debería ser ocupado por los técnicos nacionales. Aquí debo aclarar que han venido muy buenos técnicos extranjeros de los cuales aprendí bastante. Uno de ellos fue el profesor Jorge Habegger, que fue mi técnico en Bolívar. Ahora la culpa no es de ellos, sino de quienes los contratan, los dirigentes deben tener alguna razón en particular para traerlos.
¿Les tiene bronca a los técnicos extranjeros?
No, de ninguna manera, soy muy respetuoso. Sobre este tema, vi en la televisión lo que dijo el técnico de Oriente, Roberto Pompei. Si le tuviera bronca no hubiera ido a saludarlo, si gusta le puede preguntar a él mismo, para que sepa si miento o no. Nos encontramos en el túnel, le di la mano, le pedí disculpas por mi actitud, conversamos un rato y nos despedimos. Lo que sucede es que en la cancha se dan ciertas cosas típicas del fútbol y cuando la gente las saca de contexto es demasiado peligroso.
¿Es usted un comecamba?
Para nada. Soy boliviano, amo mi país, he trabajado en el Oriente Boliviano, en San José tengo muchos jugadores que son cambas, como Carlos Saucedo, ellos son los mejores testigos a mi favor. Que digan si alguna vez han sufrido un maltrato de mi parte, quisiera que alguno de ellos me diga si alguna vez los he insultado por ser cambas o porque alguno sea colla. Como técnico les exijo respeto y soy el primero en respetar.
¿Por qué pelea con los hinchas?
La verdad es que tengo mi carácter, como cualquier persona, vivo el fútbol con toda pasión, me gusta lo que hago. Sé que en algunas ocasiones me he equivocado y lo reconozco, es que hay gente que, por más que pague su entrada, no tiene ningún derecho de decirme lo que me dice.
¿Por qué cree que a usted le persigue la polémica?
Porque se interpreta de forma errónea lo que digo o lo que hago. A veces se magnifica lo que hice o se tergiversa lo que dije. En el fútbol se dicen y se hacen cosas, todo el mundo las hace, pero cuando me enfocan a mí, salgo como el malo de la película.
¿Qué clase de futbolista era?
Fui un privilegiado por tener una estatura que me permitió desenvolverme a un buen nivel. Fui parte, del que considero, el mejor Bolívar de todos los tiempos. Quizá no fui un jugador tan popular porque siempre he sido callado. Formé parte de todas las selecciones nacionales, dejé el fútbol jugando para el equipo (San José) de mi tierra (Oruro); la verdad, fui un bendecido como jugador.
¿Que tenía ese Bolívar?
Tenía un gran presidente como don Mario Mercado, un tremendo cuerpo técnico con el profesor Habegger, renombrados jugadores como Carlitos López, Jorge Hirano, Fernando Salinas, Carlos Borja, Vladimir Soria… Todo el equipo era muy bueno.
¿Qué características tenía?
Me gustaba ir de frente a resolver la situación, no fui de esos jugadores que manejen la pelota, sabía que cuando venía a mis pies debía patearla. Alguno de los jugadores de mi época me decían que era como una pared, porque no me podían sobrepasar
¿Por qué no formó parte de la selección que fue al Mundial?
Fui parte, estuve entre los convocados pero tuve que dejar la concentración.
¿Cuál fue la razón?
Es una larga historia, tenía que ver con el trato hacia mi persona, yo jamás dejé que me traten mal, menos aún en mi país; a estas alturas no vale la pena recordarlo.
¿Cómo fue su relación con Xabier Azkargorta?
No me gusta recordar ese capítulo, solo aclaro que no fue por falta de capacidad ni de aspiraciones, sé que pude haber sido un buen aporte para la selección, pero decidí dejar la concentración.
¿Fue un error abandonar la selección?
No, no lo creo… más bien, pienso que me hice respetar.
¿Con qué jugador de su época se identificaba?
Siempre me gustó el desempeño de Rolando Coímbra, fue un defensor boliviano con mucho temple, no le temía a nada. Creo que me veía reflejado en él y pienso que sin proponérmelo tenía el mismo estilo de juego. A Bolívar llegó el mundialista Adolfo Galván, que fue campeón con Argentina en 1978, de él aprendí mucho, valió la pena su contratación.
¿Quienes fueron los delanteros que más trabajo le dieron?
Sin duda que ‘Tucho’ Antelo, porque no jugaba solo, sino que tenía un buen acompañamiento de (Arturo) García y (Óscar) Ramírez.
Una vez Francisco Takeo me dijo que Ferrufino era un muro.
Siendo sincero, yo no podría jugar en esta época, seguro que hubiese sido expulsado en cada partido. Antes jugábamos muy fuerte y cada cual nos hacíamos respetar, eran otras épocas.
¿Cómo ve la realidad que vive el fútbol nacional?
Con mucha tristeza, no podemos ir más abajo de donde estamos. Necesitamos levantar el nivel del campeonato local y el de la selección. En estos últimos años puedo decir que el único extranjero que llegó con una calidad admirable fue (William) Ferreira, los demás jugaron bien un determinado número de partidos y se perdieron, él es constante en su rendimiento.
¿Cómo se puede clasificar a una Copa del Mundo?
Para mí la clave es el cambio de mentalidad. Se pueden cambiar técnicos, jugadores y dirigentes, si no se cambia la mentalidad todo seguirá igual. Así como estamos es imposible ir a un Mundial y si no cambiamos, nunca iremos a una Copa del Mundo.
¿Qué sueños tiene?
Soy muy soñador y muy trabajador, trabajo bastante para cumplir mis sueños. Todos sabemos que Santa Cruz es la plaza más importante en el fútbol boliviano, me gustaría dirigir Oriente o Blooming, trabajaré como lo hago con San José, así me conocerán de primera mano
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