El deber
¿Cómo se enteraron de que Brasil venía a jugar con Bolivia por un acto de solidaridad con ustedes y que el dinero era para la familia Beltrán?
Por los periodistas brasileños, que nos llamaron para preguntarnos nuestro parecer. Mi familia no sabía nada, ya que por ahora estamos metidos en sobrellevar esta situación.
¿La Federación Boliviana de Fútbol no les dijo nada?
Un señor Lozada me llamó ayer (martes) para invitarme a ir al estadio el sábado, pero hasta ahora no me volvieron a llamar para tomarme los datos para el pasaje en avión.
¿De entregarle el dinero no le dijeron nada?
Absolutamente nada. Por eso me interesa ir, no para ver el partido, porque desde lo que le sucedió a Kevin ya no me interesa ver ningún deporte, sino para estar junto al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y que él me diga la verdad de este partido.
¿La gente creerá que usted está interesado en la plata?
Siempre habrá quien piense eso. No quiero que se distorsione la verdad. Si en este partido Brasil viene a jugar con Bolivia como un gesto solidario, para ayudar a mi familia, no se tiene que distorsionar la verdad, ni el fin.
¿No es egoísmo?
No, porque el partido es para la familia de Kevin, para nosotros que estamos sufriendo y que día a día luchamos con los recuerdos, que es lo único que ahora nos queda.
¿Qué busca la familia Beltrán Espada?
Dos cosas: la primera es traer a casa los recursos que se generen usando el nombre de mi hijo y el dolor de mi familia. Segunda, que el culpable pague por lo que hizo esa noche en el estadio de Oruro.
¿Para qué quiere reunirse con los familiares de los 12 hinchas presos?
Yo sé que entre los 12 hay gente inocente, pero también sé que ahí está el que tiró la bengala. Yo quiero hablar con la familia para pedirles que intercedan para que digan la verdad y así esto se termine rápido.
¿No habrá un acuerdo económico?
Hay mucha presión. De los detenidos, de los abogados, del club y de país a país. Eso lo sé y estamos seguros de ello, pero lo que nosotros queremos es que todo esto acabe y nos dejen asimilar nuestro dolor, aunque no tengamos consuelo
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